Encuentro con Gaultier

Colecciones de Gaultier

Es lo que sucede en San Francisco. Vas en busca de algo, y puedes terminar con otra totalmente distinta, sorpresiva, como sucede en el Internet.

Tenía ganas de parque y visita de museo, por lo que la ruta desde Mission pasó por Valencia, Castro, subió a Haight y llegó al Golden Gate Park, tan espléndido como discreto, incrustado amablemente en plena ciudad. En el Museo De Young se anuncia exposición de Jean Paul Gaultier: «From the Sidewalk to the Catwalk». Nunca me gustó Gaultier, su transgresión me rebasa, su descaro me hace que lo califique como vulgar, y su estética ecléctica me parece agresiva (prejuicios de uno, ya sabes), pero al tener a la mano semejante exposición en un espacio como el creado por Herzog & De Meuron y Fong & Chan, el dejarlo pasar no era opción.

La exhibición, sobra decirlo, es espléndida e innovadora desde todos los ángulos. Los fantasmas de Victoria Abril, Madonna y Almodovar, reinan por los amplios pasillos y salones. La iluminación y los cambios de ambientes definen con poder la muestra, no más, no menos, permitiendo la observación al detalle de una confección perfeccionista en cada creación, en cada trazo. Los corsés -sello de identidad del «couturier»- son el protagonista de la exhibición.  La mano  de Gaultier se manifiesta impecable, domina las texturas y las reintenta, se recrea en el fino arte de la Alta Costura.

Como sucede con frecuencia, el prejuicio nunca es buen consejero. La curiosidad por la diversidad, por el contrario, nos regala aprendizaje y aventura.

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